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El 7 de mayo ya no es una fecha lejana. A dos meses de las elecciones, la maquinaria de los partidos trabaja a destajo y los votantes de Reino Unido difícilmente pueden escapar del ‘bombardeo’ electoral. Si de por sí la magnitud mediática de unas Elecciones Generales es gigantesca, el hecho de que los de este 2015 vayan a ser unos comicios marcados por la fragmentación parlamentaria no hace sino avivar la batalla política en todos los frentes.

A estas alturas, quien más y quien menos está convencido de que ningún partido alcanzará la mayoría absoluta y será necesario un acuerdo a dos o tres bandas. Ni Partido Laborista ni Partido Conservador se acercan tan siquiera a los 300 escaños, por lo que ambos habrían de buscar entre 40 y 50 MPs con los que gobernar.

La última proyección elaborada por The Guardian y que aúna los resultados de diferentes encuestas sitúa a Conservadores con 276 escaños y a Laboristas con 271. Con respecto a los resultados de 2010, los de David Cameron perderían 29 asientos mientras que los de Ed Miliband aumentarían en 13 sus MPs. El tercer partido protagonista hasta ahora del juego político británico, el Liberal-Demócrata de Nick Clegg, vería reducido su grupo en 32 asientos por lo que perdería su capacidad de determinar el color del nuevo inquilino del Número 10 de Downing Street.

El rey en el Norte

Ese privilegio, y siguiendo con las proyecciones tanto de The Guardian como de los estudios de Lord Michael Ashcroft, recaería sobre el Partido Nacional Escocés. Lejos de perder fuelle tras su derrota en el referéndum de independencia del pasado 18 de septiembre, los nacionalistas parecen confirmar la tendencia experimentada desde entonces. El grueso de escoceses que votó «Sí» a la autodeterminación, y que hasta entonces se identificada principalmente con SNP o Labour, fijó entonces su posición y fueron miles los que pasaron a engrosar las filas del partido de Nicola Sturgeon.

Con la llegada del primer envite político a nivel estatal, es ahora cuando las consecuencias de la revolución en el electorado escocés empiezan a materializarse. De confirmarse la tendencia en estos 60 días, el SNP puede pasar de decidir el futuro de Escocia a determinar el gobierno británico al completo. Los nacionalistas aumentarían en 46 asientos su presencia en la Cámara de los Comunes, arrebatando 36 MPs a Laboristas y 10 a Liberal-Demócratas, hasta llegar a situarse como tercera fuerza política del Reino Unido con 52 MPs.

Proyección de circunscripciones./ THE GUARDIAN

Proyección de circunscripciones./ THE GUARDIAN

En las encuestas circunscripción a circunscripción realizadas por el antiguo Tory Lord Ashcroft la tendencia parece difícil de revertir dado el vuelco electoral que se aprecia. Si hace un mes ya publicó los resultados de 16 asientos disputados en Escocia donde todos excepto uno eran ganados por el SNP, ahora el reputado investigador político muestra una segunda oleada con información sobre ocho nuevas circunscripciones.

En la primera, como apunta el profesor de Políticas John Curtice de la Universidad de Strathclyde, casi todos los asientos pertenecían a lugares donde el apoyo a la independencia de Escocia fue significativo y, por tanto, el SNP tenía todas las de ganar. Sin embargo ahora, la segunda remesa de encuestas mantiene la misma tendencia ganadora de los nacionalistas aún cuando la disputa se lleva a cabo en feudos que votaron en contra de la secesión.

De estos ocho asientos, hasta ahora cinco pertenecen al Partido Laborista, dos al Partido Liberal-Demócrata y uno al Partido Conservador -el único MP con el que Cameron cuenta en toda Escocia. Los resultados arrojados son un jarro de agua fría para los tres partidos, pues en todos menos uno el SNP estaría ahora en disposición de ganar. Sólo Jim Murphy, líder de los laboristas escoceses, retendría su asiento y lo haría por un insignificante margen del 1%, lo que técnicamente sitúa en un empate su circunscripción de East Renfrewshire. Los otro cuatro asientos rojo labour caerían con facilidad del lado del partido de la FM Nicola Sturgeon.

Por su parte, los Lib-Dems confirmarían su batacazo post coalición llegando a perder el asiento de Charles Kennedy mientras que, en lo que respecta a los Conservadores, el solitario MP por Dumfriesshire, Clydesdale y Tweeddale, David Mundell, vería reducida su influencia hasta empatar con el SNP y no tener asegurada su victoria.

¿Dos son multitud?

La caída -estrepitosa en el caso del Labour- de las principales fuerzas políticas en Escocia y la concentración de voto en el Partido Nacional Escocés podría ser una situación preocupante pero contenida en el norte del Reino Unido de no ser por las pérdidas que los tres partidos presentan también en el resto del Estado junto a la creciente fragmentación.

Miliband Commons

Ed Miliband, líder de la oposición, replica a la bancada del Gobierno

Pero, sin embargo, sería la confluencia de circunstancias que desembocarían en el próximo 7 de mayo lo que haría inevitable la renovación de los Comunes tal y como hasta ahora lo conocemos. Para conseguir un Gobierno liderado por David Cameron podría ser necesario un acuerdo de hasta cuatro partidos (Conservadores, Liberal-Demócratas, UKIP, DUPIrlanda del Norte) y aún así su suma (314 en según las proyecciones actuales) no alcanzaría los 326 escaños necesarios para la mayoría absoluta.

Por su parte los Laboristas, y a pesar de mantener un perfil muy distante del SNP durante la campaña, serían los únicos a los que los nacionalistas escoceses tenderían la mano para formar gobierno. Juntos sumarían 323 asientos, a un paso de la mayoría, y podrían conseguirla pactando a su vez con los Verdes y/ó SDPL -norirlandés.

En esta situación y la mañana del 8 de mayo, el recuerdo de un partido Conservador o Laborista venciendo con holgura en los comicios no sería ya sino una difuminada evocación del pasado. Además, tanto Cameron como Miliband deberán a partir de ese momento iniciar una semana frenética de contactos a varias bandas hasta encajar todas las piezas del intrincado puzle que será la Cámara de los Comunes.

La legislatura que se avecina, con permiso del SNP, tiene visos de convertirse en una de las más interesantes en términos de acuerdos políticos que se recuerdan.

* Imágenes con licencia Creative Commons de UK Parliament en Flickr

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